terça-feira, 1 de janeiro de 2013

"¡Dejemos la farsa!"


"¡Dejemos la farsa!", MI Andrés Gallego


Por: MI Andrés Gallego.

Debido a la situación económica, se podría “tolerar” que en Colombia en los torneos de ajedrez ya solo se “jugara” hasta la penúltima ronda, ¡pues ya la última ronda está arreglada de antemano así ni siquiera se haya empezado a organizar el torneo! ¡Personalmente entiendo esto y debo aceptar que en alguna ocasión lo he hecho! Lo que no acepto, no tolero, degrado y pienso que va en total contra del desarrollo ajedrecístico del país es la “compra” de las normas requeridas para lograr los títulos concedidos por la FIDE.

Mi carrera hacia el título de MI fue bastante larga, tuve muchas oportunidades, jugué demasiados torneos donde se otorgaba el título directo (Sub-Zonal, Panamericano, sudamericanos, centroamericanos) y, aunque en algunos estuve muy cerca, nunca lo pude lograr de esta manera. Mi título estaba destinado a lograrlo de la manera “larga”, obteniendo las 3 normas y logrando 2400 puntos de Elo: requisitos necesarios.



Sufrí bastante en la obtención de la última norma, solo la logré en el año 2011 en el Continental de México. Debía jugar la última partida con blancas contra el GM argentino Rubén Felgaer. ¡Me servían las tablas para terminar mi título! No hablé antes de la partida con él, simplemente me senté y jugué con el espíritu de lucha que me caracteriza para lograr mi título. Vale la pena resaltar que durante esa partida me sentí bastante enfermo y debí ir varias veces al baño (algo que frecuentemente no hago mientras juego). En una de esas mi rival me siguió sospechando que estaba haciendo trampa y no lo culpo pues él también sufrió de las maravillas que hizo un “amigo” nuestro. Le comenté lo que me pasaba y entendió aunque todavía siento pena por la imagen que ya tiene nuestro ajedrez por culpa de algún inescrupuloso. La partida continuó, mi rival realizó algunas imprecisiones que me permitieron obtener una posición bastante ventajosa y, claro, debía aprovechar esto. Realicé mi siguiente jugada, la cual llevaba una oferta de tablas con ella. ¡Oferta que fue rechazada! Me sentí un poco mal pues con la posición que tenía no esperaba el rechazo y, por el contrario, ya me hacía con mi título de MI. Debía mentalizarme y seguir jugando como si nada hubiera pasado. Menos mal parecía que estaba en uno de mis días pues las jugadas fluían y los errores no aparecían. Mi rival preocupado, y viendo que su posición empeoraba cada vez más, dijo “ofrezco tablas” y me miró fijamente, literalmente puedo decir que le arranqué la mano. Después mi rival me preguntó, con cara de sorprendido, “¿te sentías mal en la posición?“, a lo cual respondí: “necesitaba tablas para terminar mi título de MI”, a lo que de inmediato recibí la felicitación del Maestro, muy buena gente por cierto. Y sí: “lo logré”, pensaba después de tantas decepciones y tantas oportunidades desaprovechadas por fin obtenía mi premio a mi lucha y trabajo. 

Ésta es solo la parte final de mi historia hacia el título de MI. Por esto y por muchas cosas más que pasaron en el camino, y además por historias como la de nuestro GM Gildardo García (que, por cierto, muy pocos valoran), es que reprocho la compraventa de normas que está surgiendo en el ajedrez colombiano. A este paso, algunos de los próximos MI colombianos tendrán para mí el título de FMI (Farsante de Maestro Internacional). Los títulos se ganan a pulso y con estudio, ¡no con dinero! ¡Dejemos la farsa!

Cobertura da matéria através do Jornalista Diego Londoño.



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